El 19 de octubre de 2001 Digna Ochoa y Plácido, abogada mexicana defensora de derechos humanos fue encontrada sin vida en su despacho ubicado en la colonia Roma en la Ciudad de México. Antes de su asesinato, había sido víctima de diversas amenazas y secuestros relacionados con la labor como defensora de derechos humanos que realizaba en casos como la matanza de Aguas Blancas y la defensa de territorios campesinos en Guerrero.
Durante más de 20 años, las autoridades de la Procuraduría General del Distrito Federal, ahora, Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, argumentaron impunemente la teoría de que se trataba de un suicidio; versión sostenida en peritajes falsos, campañas de desprestigio, investigaciones sin apego a derechos humanos y a partir de someter a juicio la vida privada de Digna Ochoa y realizar periciales acientíficas y sin perspectiva de género.
Fue hasta el 19 de enero de 2022 que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) emitió una sentencia en el caso “Digna Ochoa y familiares Vs México”; en la que encontró al Estado mexicano responsable internacionalmente por las graves falencias que tuvieron lugar en el marco de la investigación del asesinato de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa y Plácido.
El 19 de octubre pasado, al cumplirse 21 años de este crimen, el Estado mexicano realizó un acto de reconocimiento de responsabilidad y disculpa pública para la familia Digna Ochoa y Plácido. Asimismo y como parte de las acciones de reparación simbólica que reconocen las graves violaciones a derechos humanos de las que fueron víctimas, este 15 de mayo se inauguró la calle Digna Ochoa y Plácido que tendría el nombre de Gabriel Hernández en la Col. Doctores de la Ciudad de México, lo anterior, para dar cumplimiento a esta misma sentencia que de manera histórica reconoce las dificultades que las personas como Digna Ochoa enfrentan en el ejercicio de su labor de defensa de derechos humanos y la impunidad con la que actúan las autoridades responsables de investigar y procurar justicia y verdad.
Sin embargo, la familia Ochoa insiste en que este es un primer momento en el que podría abrirse la puerta a la justicia que solo llegaría cuando finalmente se esclarezcan las circunstancias de su asesinato y juzgue conforme a derecho a los responsables de estos hechos.